La vitamina D requiere la activación del microbioma intestinal para funcionar

La vitamina D ayuda a regular el calcio y el fosfato en el cuerpo para mantener nuestros huesos, dientes y músculos. Actualmente, estudios confirman sus efectos beneficiosos en el intestino[1], el corazón, la piel, el sobrecrecimiento celular y el azúcar en sangre[2].

La vitamina D y el mantenimiento del sistema inmunitario también están correlacionados [3]. Investigaciones recientes han revelado que más del 80 % de 200 pacientes con COVID-19 en España presentaban deficiencia de vitamina D [4]. Estudios y metaanálisis adicionales han observado que la vitamina D parece reducir los síntomas de la COVID-19 en comparación con la atención estándar [5]. Sin embargo, se necesitan datos más sustanciales que respalden su impacto en la disminución de la mortalidad de los pacientes hospitalizados.

Ahora sabemos que existe evidencia que respalda los beneficios de la vitamina D en el organismo. Sin embargo, la comunidad científica debate su capacidad para prevenir enfermedades. En particular, un estudio concluyó que la suplementación con vitamina D no mejoró la fortaleza ósea de los adultos mayores en EE. UU. [6]. Otro ensayo clínico concluyó que la suplementación con vitamina D no previno el cáncer ni las enfermedades cardiovasculares en adultos mayores [7].

Estos hallazgos contradictorios sobre los beneficios de la vitamina D han sido un misterio para los científicos hasta ahora. Investigadores de la Universidad de California (UC) en San Diego revelaron recientemente una posible explicación de esta discrepancia y una nueva comprensión de la biodisponibilidad de la vitamina D [8].

La forma inactiva de la vitamina D

Como cualquier otra sustancia, la vitamina D se presenta en diversas formas. Normalmente, los investigadores determinan los niveles de vitamina D en el organismo mediante análisis de sangre estándar, que solo detectan una forma inactiva de vitamina D almacenada en el cuerpo, llamada 25-hidroxivitamina D o 25(OH)D.

El cuerpo se beneficia de la vitamina D solo cuando su precursor inactivo se metaboliza a su forma activa: 1,25-dihidroxivitamina D o 1,25(OH)D. Por lo tanto, independientemente de la cantidad de exposición solar o de suplementos que consuma, solo obtendrá sus beneficios una vez que se active la vitamina D en el cuerpo.

Los investigadores de la Universidad de California en San Diego han sugerido que la paradoja de la vitamina D, donde los estudios no lograron establecer una correlación entre la suplementación con vitamina D, el estado de vitamina D inactiva en la sangre y los resultados positivos para la salud, podría deberse a que los científicos miden en la sangre 25(OH)D, la forma inactiva de la vitamina D, en lugar de su forma activa 1-25(OH)D.

Relación entre el microbioma intestinal y la vitamina D

Además, investigadores de la UC San Diego encontraron una asociación consistente entre los niveles de 1-25(OH)D, la forma activa de la vitamina D, y la diversidad y cantidad de bacterias en el microbioma intestinal. En cambio, la 25(OH)D, la forma precursora de la vitamina, mostró una correlación débil con las bacterias intestinales beneficiosas. La relación entre los niveles de vitamina D activa y el microbioma intestinal prevalece sobre otros factores investigados en el estudio, como el uso de antibióticos, el origen étnico e incluso la ubicación.

Metabolismo del butirato y la vitamina D

El estudio también señaló que los participantes con los niveles más altos de vitamina D activa tienen la mayor cantidad de bacterias intestinales que producen butirato. Este ácido graso de cadena corta proviene de las bacterias que se alimentan de fibra y se sabe que tiene beneficios potenciales para fortalecer el revestimiento intestinal, mantener el microbioma intestinal y fortalecer aún más el sistema inmunitario [9].

Los investigadores creen que son las bacterias intestinales productoras de butirato, en lugar de grandes cantidades de vitamina D inactiva, las que controlan la activación de la vitamina D, lo que podría explicar estos hallazgos aparentemente contradictorios.

Contrariamente a la lógica previa, los participantes que vivían en zonas más soleadas no presentaban niveles significativamente más altos de vitamina D activa que otros participantes, a pesar de sintetizar grandes cantidades de vitamina D inactiva a través de la piel. Los investigadores creen que son las bacterias intestinales productoras de butirato, y no las altas cantidades de vitamina D inactiva, las que controlan la activación de la vitamina D, lo que podría explicar estos hallazgos aparentemente contradictorios.

Además, hay cada vez más evidencia de que el microbioma y el sistema inmunológico están interconectados y que la vitamina D activa y el butirato pueden desempeñar papeles importantes en esta dinámica [10].

Todo esto apunta a que el butirato ayuda a nuestro cuerpo a transformar el precursor inactivo en la forma activa de la vitamina D, permitiéndonos aprovechar todos los beneficios para un bienestar óptimo.

En resumen

La suplementación con vitamina D y la luz solar parecen ser insuficientes para una biodisponibilidad y renovación óptimas de la vitamina D. Necesitamos estimular nuestro organismo mediante la diversidad microbiana intestinal, incluyendo las bacterias productoras de butirato, para que influyan directamente en el metabolismo de la vitamina D a su forma activa. Por lo tanto, la suplementación con butirato garantiza que obtengamos todos los beneficios de la vitamina D para promover una mente y un cuerpo sanos, a la vez que mantenemos un microbioma intestinal favorable que refuerza nuestra inmunidad y bienestar general.

[1] Barbáchano, A., Fernández-Barral, A., Ferrer-Mayorga, G., Costales-Carrera, A., Larriba, MJ, & Muñoz, A. (2017). El sistema endocrino de vitamina D en el intestino. Endocrinología Molecular y Celular. 453, 79–87.

[2] Bikle, DD (2016). Acciones extraesqueléticas de la vitamina D. Anales de la Academia de Ciencias de Nueva York. 1376(1), 29–52.

[3] von Essen, MR, Kongsbak, M., Schjerling, P., Olgaard, K., ØDum, N. y Geisler, C. (2010). La vitamina D controla la señalización del receptor de antígeno de células T y la activación de las células T humanas. Inmunología de la naturaleza. 11(4), 344–349.

[4] Hernández, JL, Nan, D., Fernandez-Ayala, M., García-Unzueta, M., et al. (2020). Estado de vitamina D en pacientes hospitalizados con infección por SARS-CoV-2. Revista de Endocrinología Clínica y Metabolismo. 106(3), e1343–e1353.

[5] Shah, K., Saxena, D. y Mavalankar, D. (2021). Suplementación con vitamina D, COVID-19 y gravedad de la enfermedad: un metaanálisis. QJM: Revista Internacional de Medicina. 114(3), 175-181.

[6] LeBoff, MS, Chou, SH, Murata, EM, Donlon, CM, et. al. (2020). Efectos de la vitamina D suplementaria en la salud ósea de mujeres y hombres en el ensayo VITamin D y OmegA-3 (VITAL). Revista de Investigación Ósea y Mineral. 35(5), 883–893.

[7] Manson, JE, Cook, NR, Lee, IM, Christen, W., et. al. (2019). Suplementos de vitamina D y prevención del cáncer y las enfermedades cardiovasculares. New England Journal of Medicine, 380(1). 33–44.

[8] Thomas, RL, Jiang, L., Adams, JS, Xu, ZZ, Shen, J., Janssen, S., Ackermann, G., Vanderschueren, D., Pauwels, S., Knight, R., Orwoll, ES y Kado, DM (2020). Metabolitos de la vitamina D y el microbioma intestinal en hombres mayores. Nature Communications. 11(1).

[9] Furusawa, Y., Obata, Y., Fukuda, S., Endo, TA, et. al. (2013). El butirato derivado de microbios comensales induce la diferenciación de células T reguladoras colónicas. Nature. 504(7480), 446–450.

[10] Yamamoto, EA y Jørgensen, TN (2020). Relaciones entre la vitamina D, el microbioma intestinal y la autoinmunidad sistémica. Fronteras en Inmunología. 10.

Dejar un comentario

Todos los comentarios son moderados antes de ser publicados

NUESTROS ESENCIALES

El rey de los butiratos

Llevo más de 10 años experimentando con diferentes complementos para intentar optimizar mi salud y este es uno de los pocos productos que considero imprescindibles.

Sr. Mark L. Reardon