De las redes sociales a la ciencia: explicación del SIBO y el SII
Verano de 2023 Cuando el SIBO llegó a las redes sociales
Recientemente, el SIBO (sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado) se ha abierto paso desde las revistas médicas hasta las redes sociales. Con síntomas similares a los del SII (síndrome del intestino irritable), esta afección ha captado la atención no solo de la comunidad médica, sino también de un público más amplio. Curiosamente, influencers de redes sociales, incluso aquellos sin formación en salud o fitness, han compartido abiertamente sus experiencias, lo que ha provocado una ola de autodiagnósticos, principalmente entre adultos jóvenes, adolescentes y, en particular, entre mujeres jóvenes y niñas. Este artículo profundiza en la intrincada relación entre el SIBO y el SII, los avances en las técnicas de diagnóstico y la creciente importancia de comprender el papel del microbioma intestinal en la salud general.
El SII es un síndrome amplio y complejo
El síndrome del intestino irritable (SII) es un trastorno intestinal funcional que se caracteriza por dolor abdominal recurrente al menos una vez por semana durante los últimos tres meses. Se asocia con cambios en la forma o frecuencia de las deposiciones [1]. Los síntomas deben presentarse al menos seis meses antes del diagnóstico. La distensión abdominal, el estreñimiento, la diarrea, la incontinencia y los trastornos psicológicos son algunas de las diversas comorbilidades que presentan estos pacientes.
El SII se ha asociado con el estrés y la ansiedad. El eje cerebro-intestino es fundamental para comprender el SII [2]. Por ello, muchos tratamientos se han centrado en antidepresivos e intervención neuroconductual [3]. Además, se han propuesto diferentes mecanismos fisiopatológicos para explicar los síntomas del SII, como la hiperalgesia visceral, la permeabilidad intestinal, la activación inmunitaria, la alteración de la motilidad gastrointestinal, la autoinmunidad y la alteración del microbioma intestinal [1].
SII y disbiosis del microbioma: SIBO
El microbioma intestinal ha recibido un gran interés en los últimos años. Numerosas publicaciones han demostrado una relación directa entre los síntomas del SII y los trastornos de la microbiota intestinal. Una manifestación de esta disbiosis asociada al SII es el sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado [SIBO].
El estándar de oro para diagnosticar SIBO es la presencia de ≥ 103 unidades formadoras de colonias por mililitro (UFC/ml) de aspirado yeyunal mediante cultivo [4, 5]. Sin embargo, la aspiración es invasiva y costosa, y requiere un gastroenterólogo experto.
Prueba de aliento: diagnóstico de SIBO
La prueba del aliento es una forma simplificada de medir el SIBO. Este estudio se basa en la medición de los gases producidos por la fermentación bacteriana y exhalados en el aliento. El hidrógeno ( H₂ ) y el metano ( CH₂ ) son un ejemplo de ellos [6-8]. Para estimular la fermentación bacteriana, utilizamos diferentes tipos de carbohidratos como la glucosa y la lactulosa. La glucosa es un monosacárido que se absorbe fácilmente en el intestino delgado proximal. Por el contrario, la lactulosa es un disacárido que tiene una capacidad de absorción limitada, ya que no es digerida por las enzimas del huésped [9]. Los síntomas del SIBO, incluyendo hinchazón, dolor abdominal, náuseas, estreñimiento y diarrea, son muy similares a los del SII.
Una prueba de aliento con H2 positiva es diagnóstica de SIBO, que se ha asociado con SII con predominio de diarrea (SII-D) y SII con hábitos intestinales mixtos (SII-M) [10]. Una prueba de aliento con CH4 positiva muestra sobrecrecimiento de metanógeno, asociado con SII con predominio de estreñimiento (SII-E) [5, 11, 12].
La relación entre el SIBO y el SII se describió en un metanálisis. Se incluyeron 25 estudios de casos y controles, con 3192 sujetos con SII y 3320 controles. La prevalencia del SIBO en el SII fue del 31,0 % (IC del 95 %: 29,4-32,6), con una OR de 3,7 (IC del 95 %: 2,3-6,0; p = 0,001) en comparación con los controles [13].
Estudios previos han demostrado que la gastroenteritis infecciosa [14, 15] se asocia con el desarrollo del SII, denominado SII postinfeccioso (SII-PI). Esta es otra evidencia de la relación entre el SII y la microbiota intestinal.
SII postinfeccioso
Se sabe que la diarrea infecciosa causa permeabilidad intestinal [16,17], y se observa un fenómeno similar en pacientes con SII, especialmente en pacientes con estrés [18]. Se cree que esto está parcialmente mediado por los efectos bacterianos sobre las uniones estrechas [19]. Los mecanismos por los cuales la permeabilidad intestinal persiste después de la infección aguda se pueden explicar por la disbiosis del microbioma intestinal.
SII-SIBO asociado a baja diversidad del microbioma
Una disminución de la biodiversidad microbiana intestinal puede desencadenar una reacción en cadena de problemas de salud. Sin una representación equilibrada de especies bacterianas, ciertas cepas podrían proliferar sin control, lo que podría provocar trastornos como el SIBO. Es como eliminar a un depredador de un ecosistema y observar una explosión en la población de sus presas, lo que puede tener efectos en cascada sobre el medio ambiente.
Un estudio fundamental, publicado por el Grupo Javier Santos en Barcelona, ilustró esta conexión. Sus hallazgos mostraron una disminución perceptible de las familias bacterianas productoras de butirato en sujetos diagnosticados con SII-D [20]. Cuando las poblaciones de estas bacterias productoras de butirato disminuyen, el intestino puede volverse más susceptible a la inflamación, el aumento de la permeabilidad y la consiguiente manifestación de los síntomas del SII. Este descubrimiento crucial subraya la importancia de mantener un microbioma intestinal rico y variado para prevenir o mitigar los trastornos digestivos.
Tratamientos para SIBO-SII
Diferentes tratamientos para SIBO y SII se centran en el microbioma. El uso de un antibiótico oral no absorbible, la rifaximina, es el que presenta el mayor nivel de éxito. Un metaanálisis que evaluó la normalización de una prueba de aliento en respuesta a antibióticos para SIBO encontró que la rifaximina era el más comúnmente utilizado. Un metaanálisis de Shah et al. encontró que los antibióticos alivian los síntomas en el 81,6% de los pacientes. Solo cinco estudios informaron la erradicación de SIBO, y el 93% de los pacientes con una prueba de aliento con glucosa lograron la normalización, mientras que el 71,4% de los pacientes diagnosticados mediante cultivo de aspirado de intestino delgado alcanzaron la normalización [13]. Además, el tratamiento con antibióticos específicos resulta en una disminución de los niveles de CH4 correlacionada con mejoras del estreñimiento [21,22]. Cabe destacar que, si bien la neomicina y la rifaximina pueden reducir el estreñimiento en el SII-E, el uso de una combinación de ambas parece ser más efectivo [23].
Probióticos para el síndrome del intestino irritable
Los probióticos también se han evaluado en el tratamiento del SII. Una revisión sistemática de Ford et al. [24] halló que ciertas combinaciones de probióticos pueden ser beneficiosas para el SII. Sin embargo, se observó una heterogeneidad significativa entre los estudios. La interpretación de los metaanálisis de estudios sobre probióticos es difícil, ya que se estudian diferentes cepas en diferentes combinaciones para evaluar diversos criterios de valoración. Muchos estudios también tienen muestras pequeñas, lo que dificulta la generalización de los resultados.
Sulfuro de hidrógeno como nuevo marcador de SIBO
El sulfuro de hidrógeno [ H₂S ] exhalado podría ser otro posible marcador de sobrecrecimiento bacteriano. El H₂S parece estar implicado en múltiples trastornos gastrointestinales con propiedades proinflamatorias y antiinflamatorias [25]. Singer-Englar et al. describieron una asociación entre la diarrea y los niveles de H₂S exhalado [26]. Este podría ser un factor implicado en pacientes con SII-D.
Conclusiones
En la era actual de la información digital, el SIBO ha cobrado protagonismo en las redes sociales, especialmente con influencers que comparten sus historias personales. Sin embargo, es fundamental actuar con cautela. Las complejidades entre el SIBO y el SII no son sencillas, y los síntomas de ambos pueden confundirse fácilmente. Es fundamental no confundir la disbiosis con un simple aumento del número de UFC. La presencia o abundancia de cepas o taxones microbianos específicos no se asocia directamente con la manifestación de los síntomas.
Además, si bien las pruebas de aliento están ganando terreno como herramienta diagnóstica, su relación con la abundancia bacteriana general, medida mediante la secuenciación del ARNr 16S, aún no se ha establecido definitivamente. El autodiagnóstico, especialmente basado en narrativas populares, puede dar lugar a interpretaciones erróneas. Siempre consulte con un médico experto antes de sacar conclusiones sobre su salud intestinal. Es fundamental distinguir los temas de actualidad en línea de las afecciones médicas reales, garantizando que nuestra comprensión se base en la ciencia y la orientación de expertos.
Debido a su potencial terapéutico, es necesaria más investigación sobre el SII y el SIBO.


